Y llegamos a Fernández, Departamento de San Martín, Santiago del Estero, cuando empezaba una inoportuna y copiosa lluvia. Teníamos todo preparado para visitar a cuatro comunidades de teleras ese mismo día, pero no pudo ser.
Por medio de la radio de Brea Pozo y a través de mensajitos de texto intentamos avisar a todas las teleras que concurrieran al día siguiente a la capilla de Barrancas Coloradas, una localidad intermedia a la que podía llegar la mayoría de las artesanas.
Gracias a Dios al día siguiente pudimos reunirnos. Cuando llegamos al frente de la capilla nos preocupamos; solo había dos motos a la vista. Pero grande y emocionante fue la sorpresa cuando abrimos la puerta; había unas 30 tejedoras esperándonos, con hijos, sobrinos y vecinos que las habían acompañado hasta allí. Cualquier medio era bueno para llegar por los caminos y senderos del monte; “zorras”, caballos, motos o a pie, pero ahí estaban con sus artesanías.
El encuentro fue riquísimo, hubo intercambio de consejos, recetas de teñidos y diseños, elogios a los mejores tejidos y reconocimientos a las que habían mejorado sus prendas desde la última vez. Este tipo de reuniones, tan valiosas, no se realizan normalmente y nuestra tarea sirvió para aglutinar y para que unas y otras se enriquecieran mutuamente, y nos enriquecieran a nosotras.
A la tarde del mismo día llegamos hasta Majada Sud, a la casa de Ema, coordinadora de la comunidad más grande, que está formada por 20 teleras. Nuevamente un alegrón; con anécdotas, nuevos bebes y entusiasmo por empezar bien el año.-
Compramos más de 70 chales de algodón, exitosa producción en cantidad y calidad.
En el fin de semana siguiente vendimos en la feria de la Parroquia del Espíritu Santo, en San Isidro, y el total de prendas restantes fue entregado en ARTE Y ESPERANZA para ser vendida por esa entidad benéfica amiga.
El avance de las teleras no deja de sorprendernos y emocionarnos. La incorporación del algodón, con fines de evitar la estacionalidad de ventas que ofrece la lana, fue un éxito. Las artesanas hilan y tejen con algodón muy buenos productos de telar, y tanto los diseños y los colores han mejorado sus prendas facilitando la venta y por lo tanto los ingresos de estas mujeres a las que, gracias a la colaboración de todos, estamos ayudando.
Por medio de la radio de Brea Pozo y a través de mensajitos de texto intentamos avisar a todas las teleras que concurrieran al día siguiente a la capilla de Barrancas Coloradas, una localidad intermedia a la que podía llegar la mayoría de las artesanas.
Gracias a Dios al día siguiente pudimos reunirnos. Cuando llegamos al frente de la capilla nos preocupamos; solo había dos motos a la vista. Pero grande y emocionante fue la sorpresa cuando abrimos la puerta; había unas 30 tejedoras esperándonos, con hijos, sobrinos y vecinos que las habían acompañado hasta allí. Cualquier medio era bueno para llegar por los caminos y senderos del monte; “zorras”, caballos, motos o a pie, pero ahí estaban con sus artesanías.
El encuentro fue riquísimo, hubo intercambio de consejos, recetas de teñidos y diseños, elogios a los mejores tejidos y reconocimientos a las que habían mejorado sus prendas desde la última vez. Este tipo de reuniones, tan valiosas, no se realizan normalmente y nuestra tarea sirvió para aglutinar y para que unas y otras se enriquecieran mutuamente, y nos enriquecieran a nosotras.
A la tarde del mismo día llegamos hasta Majada Sud, a la casa de Ema, coordinadora de la comunidad más grande, que está formada por 20 teleras. Nuevamente un alegrón; con anécdotas, nuevos bebes y entusiasmo por empezar bien el año.-
Compramos más de 70 chales de algodón, exitosa producción en cantidad y calidad.
En el fin de semana siguiente vendimos en la feria de la Parroquia del Espíritu Santo, en San Isidro, y el total de prendas restantes fue entregado en ARTE Y ESPERANZA para ser vendida por esa entidad benéfica amiga.
El avance de las teleras no deja de sorprendernos y emocionarnos. La incorporación del algodón, con fines de evitar la estacionalidad de ventas que ofrece la lana, fue un éxito. Las artesanas hilan y tejen con algodón muy buenos productos de telar, y tanto los diseños y los colores han mejorado sus prendas facilitando la venta y por lo tanto los ingresos de estas mujeres a las que, gracias a la colaboración de todos, estamos ayudando.