jueves, 19 de agosto de 2010

agosto de 2010




12 al 15 de Agosto de 2010-

Este viaje a las comunidades de las teleras santiagueñas fue distinto, especial. Es la primera vez que pasamos un fin de semana en la zona.- Llegamos un jueves, hacía frio y se avecinaba una tormenta de tierra. Sin embargo, a diferencia de otras veces, pudimos ir a visitar a las cinco comunidades.

Comenzamos por Alazampa y seguimos a Barrial Alto; en ambas comunidades nos encontramos con gratas sorpresas: dos de las teleras habían hecho tejidos novedosos. Una había cepillado la lana de los chales, levantando el pelo y logrando así una textura muy suave y agradable al tacto; otra había trabajado en el telar de manera que tanto un camino como un chal quedaran “bordados”. Ambas habían creado valor agregado a sus productos, y por propia voluntad e iniciativa.-

Después nos tocó llegar a Pozo Mocitoj, donde se encuentra la comunidad que más recientemente se incorporó a nuestro proyecto. Se trata de descendientes de los “tonocoté”, pueblo originario de Santiago del Estero. Habían concurrido a la reunión con sus chicos, que poco a poco se van incorporando a estos encuentros.

La última etapa del largo primer día de gira por los montes fue la Escuela 487, a la que concurren los chicos de estas comunidades. La escuela está muy lejana y perdida en el monte y su directora nos pidió ayuda de todo tipo. Fue muy bien recibida la donación de zapatillas (nos agradecieron con cartas).

Al día siguiente fuimos a las comunidades de Majada y Barrancas Coloradas. Lo maravilloso fue que la asistencia de las 50 teleras fue perfecta. Pudimos comprar tejidos a todas y repartimos el algodón con el que tejerán prendas para el verano, charlamos y reflexionamos juntas sobre los problemas que van apareciendo y las nuevas ideas para intentar solucionarlos

El domingo 15, día de la Asunción de la Virgen, lo disfrutamos en Atoj Pozo, donde se hace la fiesta patronal. La iglesia del lugar convoca a nuestras teleras y ese día hubo bautismos. Recibieron el Sacramento dos hijos de mujeres de “nuestras” comunidades, (mucha emoción) y fue una alegría participar de la ceremonia.

Estuvimos en la procesión, donde son llevadas en alto todas las imágenes de la Virgen, y en la inevitable fiesta posterior, compartiendo un riquísimo locro y empanadas.- También hubo baile, en el que participaron los hijos de las teleras que pertenecen a las academias de folklore. Llevaban meses ensayando para ese día.-

Volvimos con cuatro valijas y ocho bultos llenos de prendas cada vez más lindas y de mejor calidad, muy contentas y con el corazón lleno.